- Se sacude el PRI en Sinaloa.-
- Los enojos del Señor Alcalde.-
El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, salió de compras y no alcanzó a llenar la talega, pese a que se entrevistó personalmente con varios de los senadores de oposición a los que por algún motivo se les consideraba susceptibles de convencer o de cooptar.
Por eso se suspendió la discusión de la reforma constitucional que pretende ampliar el plazo de estancia de las fuerzas armadas prácticamente al frente de la seguridad pública del país. La iniciativa fue regresada a comisiones, donde Morena buscará hacer algunos cambios que atraigan a los opositores o que les den pretexto para aceptar una catafixia en su voto. Un sí por un expediente guardado, o por una promesa de futuro político, o por un favor pendiente y si se puede en combo con un brinco a las filas de partido guinda.
Adán Augusto estaba ante la gran oportunidad de demostrarle al presidente que es un operador político de primer orden. Haber sacado esta encomienda podía darle mayor puntaje en la mítica lucha de las corcholatas, pero no pudo ser. Por el contrario, en la contabilidad política termina considerada como una derrota del presidente y eso no es bueno para alguien con las aspiraciones del tabasqueño encorcholatado.
También es una derrota evidente para Ricardo Monreal, quien con todo y su claridad de profesor universitario especializado en asuntos constitucionales, ha hecho todo lo posible por conseguir el apoyo opositor a una ley que va contra la Constitución. Con ello, Monreal se aleja cada vez más de la oposición que esperaba cobijarlo, y al mismo tiempo se aleja de cualquier posibilidad de ser incluido en la lista de corcholatas del presidente López Obrador, quien ayer por la mañana reiteró su breve oferta de tres: Claudia Sheimbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, aunque luego añadió un incierto “y otros, tengo muchos hermanos y muchos amigos”.
Monreal tiene que haber notado ya que Adán Augusto lo está sustituyendo como interlocutor con los disidentes internos y con los opositores externos. El resto del país ya lo vio.
La oposición logró una victoria importante. Los morenistas ya festejaban la victoria de su presidente sobre una oposición dividida que les revivió en el momento menos pensado. Pero esa victoria puede ser solamente temporal, porque el siguiente paso del equipo lópezobradorista es revisar la iniciativa e incluir algunas consideraciones presentadas por la oposición, sin ceder en el fondo, que es la presencia del ejército en el ámbito de la seguridad pública.
Foto de archivo con fines ilustrativos
Mario Zamora, Beatriz Paredes, Silvana Beltrones y Manuel Añorve, entre otros, hablaron de esa discusión para meterle controles al Ejército y exigirle resultados medibles. La pregunta es ¿para qué? Ya en la discusión para crear a la Guardia Nacional se incluyeron condiciones muy claras, como mantener el mando de la Guardia Nacional en un civil, y que fue borrada por Morena con una ley inconstitucional. ¿Qué caso tiene llegar a acuerdos en ese renglón, si está a la vista que no se van a cumplir?
- LOS POLÍTICOS LOCALES EN EL DEBATE NACIONAL
Como parte de la estrategia para conseguir los votos opositores, el aparato oficial movió a personajes e instancias. Por un lado el gobernador Rubén Rocha Moya hizo un llamado “como hombre de estado” a los senadores sinaloenses Imelda Castro y Raúl Elenes, de Morena, pero también a Mario Zamora, del PRI, para que votaran a favor de la iniciativa de extender el plazo para la presencia militar en la Seguridad Pública. También aparece el exgobernador Quirino Ordaz Coppel, quien pide lo mismo al senador priísta Mario Zamora. Lo curioso es que tanto Rocha como Ordaz se equivocaron en su petición, pues ambos dicen que se trata de algo relacionado con la Guardia Nacional, lo que evidentemente no es cierto. Se ve que el operador que manejó los dos pronunciamientos estaba desinformado, o prefirió manejar el asunto de la guardia para dar un cariz más popular al asunto.
Pero además el PRI de Sinaloa se echó un clavado en el tiempo y como en las épocas de Toledo Corro, elaboró un desplegado de apoyo a la iniciativa, incluyendo los nombres de personas a las que evidentemente no les preguntaron, como se hacía antes, cuando tenían el poder y todos estaban obligados a aceptar lo que otros dijeron en sus nombres.
Personajes como el diputado Sergio Mario Arredondo aparecieron para precisar que no les fue solicitada la firma (y Arredondo es uno de los pocos diputados que cumplen con su deber de manera independiente, sin que ello signifique que es un opositor por sistema); la exdiputada Irma Tirado Sandoval, quien fue presidenta de la Jucopo en la LII Legislatura advirtió que no se sentía representada por una dirigencia como la actual, que está llamando a votar por la militarización del país; en términos similares se manifestó la exdiputada Irma Moreno, quien presidió la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales de la misma Legislatura. Como ellos tres hubo muchas otras expresiones que advierten a la dirigencia local que no pueden regresar a los viejos tiempos y abrogarse el derecho de manejar nombres, conciencias y hasta honras, por más que se escuden en la línea de algún personaje, o incluso no pueden “sólo” pronunciarse por un tema tan controvertido sin una consulta elemental a las bases o a los cuadros.
El que sí se siente representado y con exceso, es el jefe del grupo parlamentario del PRI, Ricardo Madrid, quien ha ocupado sus días en competir con Feliciano Castro Meléndrez en demostrarle mayor untuosidad al gobernador Rubén Rocha Moya.
- UN HUMOR DEL DIABLO
La vida en el primer círculo del alcalde Luis Guillermo Benítez Torres se ha vuelto insufrible, según los trascendidos que se desprenden cada día más frecuentes e indiscretos. Cómo estará la cosa que hasta las muchachas que forman su ayudantía personal han pagado los platos rotos con estridentes malos humores en los que cualquier detalle estalla, cuando antes todo eran mimos y caricias bonachonas.
Foto de archivo con fines ilustrativos/El Debate
No se diga con los funcionarios más lejanos. Cualquier reclamo del público en eventos o en recorridos o encuentros casuales, termina en un regañadón a gritos en que el aludido acaba en condiciones de humillación extrema, ante lo que no vale ni siquiera intentar alguna explicación, como la falta de recursos o la no dotación de materiales por la instrucción de ahorrar al máximo en las cosas que no tienen etiqueta de prioridad.
Cuentan que la aparición de la encuesta donde Benítez Torres aparece entre los alcaldes peor calificados del país desató una tormenta en la que aparecieron varios nombres de posibles responsables de orientar y forzar los resultados. Los más osados sostuvieron que era parte de la estrategia del estado para dar curso a la sustitución; los más conservadores para no fallarle, prefirieron culpar a Héctor Melesio Cuén porque una acusación así siempre es bien recibida por “el jefe”.