- Polarización, pero exacerbada.-
- Pío quiere más dinerito en cash.-
Cuando gobernaba el PRI, sus presidentes corruptos e ineficientes enfrentaban los crímenes importantes con el compromiso de resolverlos y hacer justicia. La mayor parte de las ocasiones incumplían su palabra.
Con los gobiernos panistas el compromiso era mucho más enfático. Lamentablemente el resultado era exactamente el mismo.
Hoy, con Morena, los asuntos importantes, como asesinatos de periodistas o atentados contra éstos, son respondidos con diatribas y nuevas agresiones verbales contra las propias víctimas.
Hace tres días, un grupo de delincuentes disparó repetidamente contra Ciro Gómez Leyva, uno de los periodistas más conocidos del país. Afortunadamente no hubo consecuencias, pero el presidente no supo actuar de acuerdo con las consecuencias. Lejos de entender que su discurso virulento contra los periodistas genera más violencia, anunció que habrá una investigación del caso y luego volvió a lanzarse contra periodistas e intelectuales como Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín y el periódico Reforma.
Tres días antes hubo un desplante en que López Obrador dijo que las noticias dadas por Gómez Leyva provocaban tumores en el cerebro. Sé que esta comparación va a provocar el enojo de varios, pero el segundo enemigo histórico de AMLO, Vicente Fox Quezada, dijo en su momento que la gente no debía leer los periódicos porque leerlos les impide ser felices.
Por más que los especialistas, los analistas y muchos otros le han advertido al presidente que su discurso virulento incentiva la comisión de hechos también violentos, él insiste en dividir a la sociedad en los que están con él o contra él, sin buscar puntos de contacto que hagan posible la solución de las controversias.
Los seguidores del presidente han reaccionado ante este hecho con las posiciones de López Obrador.
Aunque este ofreció investigación y esclarecimiento, para su grey no existió el ataque. Se trata, dicen, de un autoatentado o de un invento destinado única y exclusivamente a poner en jaque el gobierno que representa al pueblo bueno.
Es evidente que el presidente considera benéfico para su causa que haya una polarización en la sociedad. El problema es que la posición del amloismo es cada vez más radical, que las defensas a un presidente que no ha sido atacado, sino un tercero, son cada vez más virulentas. La víctima pasa a ser el agresor y la autoridad encargada de castigar a los responsables queda en calidad de afectada.
Sólo vea los twitts y posteos de funcionarios de #esclaudia y militantes de Morena en que no sólo dudan de que haya existido el atentado, sino que ya desarrollaron toda una teoría de conspiración en la que hasta la camioneta blindada que conducía Gómez Leyva es un elemento comprobatorio de la falsedad de los hechos, y la vecindad del agredido con Manlio Fabio Beltrones es una muestra de que “es parte de los privilegiados del pasado”.
Nadie ha dicho que la agresión venga del presidente o de su equipo, pero ya el morenismo está vendiendo que se trata de un montaje para perjudicar “a Andrés Manuel”.
Seguramente el caso va a quedar impune, como impunes están casi todos los casos de periodistas asesinados en este y en los anteriores sexenios, pero el gobierno está más preocupado por salvaguardar su imagen que por atender los reclamos de justicia de la sociedad.
- DERROTAS GENERADAS POR EL FAMOSO PLAN B
- TODAVÍA QUIERE MÁS EL POLLITO PÍO
- LAS PRIORIDADES DE NUESTRO PAÍS
- Seguramente ya México no enfrenta problemas de seguridad.
- Seguro ya alcanzamos a Dinamarca en los servicios de salud.
- Ya nuestras escuelas y el sistema educativo están en magníficas condiciones.
- Ya Guillermo del Toro no tiene que enojarse por falta de apoyos al cine o a la cultura en general.
- Los millones de pobres que venían creciendo, ya fueron reivindicados.
- Lo mismo para servicios básicos y equipamientos urbanos de todos los centros poblados del país.
- Ahorita la prioridad es traer a Bad Bunny a que cante en el zócalo. Gracias, AMLO.
Fotos de archivo con fines ilustrativos