- Policías que tablean, impunes.-
- Claudia en Mazatlán.-
El presidente se dejó de eufemismos y dijo por lo claro que no quiere al Instituto Nacional de Acceso a la Información. Tenemos proyectos de país diferentes, el bloque conservador quiere al INAI y nosotros no, dijo Andrés Manuel López Obrador, para luego culpar al instituto de todos los males del país, incluyendo los delitos de Genaro García Luna.
El presidente, por supuesto, tiene todo el derecho del mundo y decidir qué quiere para el país y qué no quiere. Lo que no puede hacer de ninguna manera es destruir lo que existe porque significa transgredir las leyes que él juró cumplir y hacer cumplir.
La propuesta presidencial de trasladar las tareas del INAI a la Secretaría de la Función Pública es absurda. El gobierno federal ha sido reacio a cumplir con las disposiciones de la transparencia y no resulta viable que se obligue a sí mismo a revelar las cosas que cotidianamente oculta.
Llevar las funciones del INAI a la Auditoría Superior de la Federación tampoco resulta práctico. Tanto la Auditoría como el Poder Legislativo (al que pertenece, aunque esté dotada de autonomía) son sujetos obligados a la transparencia y se vuelve a caer en el mismo supuesto de la Secretaría de la Función Pública: sancionarse y regularse a sí misma.
El Instituto Nacional de Acceso a la Información, dotado de autonomía como está, es la fórmula más adecuada, pero es evidente que su existencia y operación molestan profundamente al presidente, quien ve amenazada su capacidad metaconstitucional de dar siempre la última palabra mediante la consabida fórmula “yo tengo otros datos”.
El presidente dio instrucciones para que el Senado de la República no designe a los consejeros que faltan. Son tres, pero con uno sería suficiente para que el INAI opere conforme a las disposiciones legales. Pero el presidente ya dijo que no, que es un nido de corrupción y que protegió hasta a García Luna, como si el INAI fuese Ministerio Público y pudiese investigar por cuenta propia las irregularidades que al presidente se le atraviesen, cuando eso no lo hizo ni la Fiscalía General de la República, al menos no antes de que Estados Unidos iniciase el proceso contra el ex jefe policíaco.
Ya lo dijo alguien: la transparencia ha molestado a los gobiernos anteriores como molesta al actual, pero los otros sí aguantaron la obligación y éste pretende acabar con el canal más eficaz para alcanzar ese derecho.
Es entendible que los legisladores de Morena atiendan las instrucciones de ir contra el INAI. Todos saben que si desobedecen quedan sin futuro político. Ni modo, personas que durante todas sus carreras lucharon por derechos como el acceso a la información pública tienen que tragar el sapo y seguir la línea. Pero en las bases hay muchos otros luchadores de toda la vida que no sólo dejan pasar estos cambios de propósitos: también se vuelven ardorosos defensores de la susodicha línea. ¿Y la ética, la dignidad, la congruencia? ¡Bien, gracias!
- LOS MUERTOS QUE VOS MATÁIS
El presidente respondió con fallido humor a quienes dijeron que estuvo al borde de la muerte durante el episodio de Covid que lo tuvo ausente durante varios días. Los muertos que vos matáis gozan de cabal salud, dijo tropezadamente.
Ya todos saben lo ocurrido, pero el episodio sirve para destacar la reacción frecuente del presidente, sus principales colaboradores y casi toda la 4T en general. Cada vez que se informa de algo que no les gusta, reaccionan airadamente y se van contra los informantes aunque se trate de la verdad. Y ocurre en todos los niveles.
Cuando al entonces candidato Rubén Rocha Moya le diagnosticaron Covid por segunda vez, todavía en campaña, un activista de Morena despotricó contra el periodista que ganó la exclusiva. De corrupto no lo bajó, y tuvo expresiones más bajas todavía. Cuando se confirmó el hecho, prefirió hacerse el occiso.
En vísperas del tercer informe presidencial, Carlos Loret de Mola adelantó una noticia bomba: el consejero jurídico del presidente, Julio Scherer Ibarra, renunciaba a su puesto. Es mi hermano, dijo el presidente, pero dos días después aceptó la renuncia. Antes, sin embargo, un analista político recién incorporado a los canales oficiales de la televisión, se lanzó con todo contra Loret, a quien acusó de inventar la noticia -atribuyéndole mala fe-. A la confirmación, por supuesto, no le siguió ningún reconocimiento del error o de la injusticia cometidos.
El domingo 23 de este abril, El Diario de Yucatán informó que el presidente Andrés Manuel López Obrador sufrió un desvanecimiento cuando se disponía a desayunar y tuvo que suspender la gira que realizaba porque lo trasladaron de emergencia a la Ciudad de México. En respuesta, varios personajes del gobierno desmintieron las aseveraciones que corrieron por todo el país.
El vocero oficial de presidencia, Jesús Ramírez, había declarado que ni hubo desvanecimiento, ni la gira se había suspendido ni el presidente había sido trasladado a la Ciudad de México.
Tristemente para él, López Obrador subió un twitt informando que dio positivo a Covid y que regresaba a la capital del país. Después de la confirmación, el secretario de Gobernación, ya desde la mañanera, siguió negando el desvanecimiento como lo negaron el secretario de salud y muchos otros funcionarios. Por supuesto, casi todos los voceros oficiales, oficiosos y voluntarios de la 4T, se lanzaron contra los medios acusándolos de “carroñeros”.
En realidad los medios formales casi no incurrieron en la especulación. Las peores cosas, las mentiras evidentes y las expresiones de odio, circularon en las redes sociales. Dos casos destacaron: el del publicista Carlos Alasraki, quien dijo tener un mensaje de una señora que dijo tener un hermano que supo de una concentración de cardiólogos en el Hospital Militar para atender a AMLO; y el de Raymundo Rivapalacio, quien aventuró un diagnóstico de infarto. El segundo explicó que recurrió a fuentes usualmente seguras que esta vez se equivocaron, y ofreció disculpas públicas. El primero simplemente dejó correr las cosas, empujado más por su animadversión al presidente. No se trata de un periodista, formado en la academia o en el oficio, sino de alguien con acceso a las plataformas, con fuertes conocimientos de la comunicación, metido a dirimir las pendencias más que a informar.
Lástima que en la 4T no haya capacidad para distinguir entre unos y otros. El presidente, como ya se ha dicho, desmintió a sus colaboradores y confirmó que en efecto, se desvaneció (“me dio un váguido”, dijo). Pero los señalamientos, acusaciones e infundios quedaron en el aire. Ni el vocero, ni el secretario-corcholata ni ningún otro aceptaron los deslices a que los llevó su apresuramiento por quedar bien negando la realidad.
El propio presidente aprovechó el momento para volver a cargar contra los medios, comparándose otra vez con Francisco I. Madero.
- VIDEO REVELA UNA DOLOROSA REALIDAD
Circuló en las redes sociales el video de unos policías de Escuinapa con un hombre al que esposaron a la patrulla (una camioneta asignada al municipio camaronero) para tablearlo a placer. Uno de los agentes golpeaba al tipo cruelmente, a mansalva, mientras el otro se entretenía videograbando los hechos, como si estuviese ante una hazaña.
Estas prácticas son atribuidas generalmente al crimen organizado que así castiga a quienes desobedecen instrucciones o límites que la organización impone en la actividad delictiva, para evitar que “se caliente la plaza”. Pero en esta ocasión eran policías notorios e identificables. Unos y otros, por lo general, son lo mismo.
Si el suceso es grave, las secuelas son aún peores. La madre del tableado apareció para exigir justicia. El video es de hace un año, y desde entonces su pariente, llamado Gilberto “El Zapatito” no ha aparecido, según la denuncia publicada por Los Noticieristas.
¿Y sabe usted qué dijo el secretario de Seguridad del estado? Que están investigando a los agentes. ¿Cuántos elementos tiene la Policía Municipal de Escuinapa? ¿cuánto tiempo se puede llevar la revisión de bitácoras de uso de las patrillas? No sólo es ineficiencia, también es insensibilidad.
¿Y la Fiscalía? No, ahí ni qué esperar.
- CLAUDIA VIENE A TRAER SU SAPIENCIA GUBERNAMENTAL
La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheimbaum, no consiente su silla oficial durante los fines de semana y viene a Mazatlán este día del niño, no a festejar a nadie en particular, sino a dar una conferencia sobre Política de Gobierno al Servicio de la Ciudadanía.
Por supuesto, se trata de la campaña adelantada que realiza cada una de las corcholatas que buscan el favor presidencial para ir por la máxima magistratura el año próximo.
Contra lo que dijeron voces interesadas en afectarla a ella y en afectar al exgobernador Quirino Ordaz, la aspirante no estuvo en la boda del sábado (se casó el hijo mayor de Quirino Ordaz). Nadie está ya para cometer errores como el de Santiago Nieto, quien perdió la dirección de la Unidad de Inteligencia Financiera por hacer una boda elegante en Guatemala; o el de su vocero de toda la vida, César Yáñez, congelado tras su boda fifí en Puebla.
La de este sábado fue una boda relativamente discreta, con las amistades de ambas familias, sin pasarelas políticas ni mucho menos.
Claudia viene a un estado en que se asevera frecuentemente que Adán Augusto está a la cabeza, y en donde ha proliferado el slogan de #yanoesClaudia, #ahoraesAdánAugusto. Se supone que el gobernador y su equipo le van a echar toda la carne al asador.