Por Mario Martini
Seguramente sin proponérselo, Amado Guzmán Reynaud, Amadito para distinguirlo de su abuelo Amado S. Guzmán y su padre Amado Guzmán Wolsfkill, se ha convertido en los últimos dos años en el mecenas del nuevo siglo en Mazatlán, recuperando la solidaria tradición empresarial de los siglos XIX y XX que devolvió parte de las generosas utilidades en obras y acciones a favor de la ciudad y sus habitantes.
Joven impetuoso, hombre de su tiempo, lo mismo adorna pasacalles del Centro Histórico con paraguas y foquitos navideños que realiza tareas de mayor calado operando comedores comunitarios en asentamientos depauperados, donde sirve mil comidas diarias a familias que están por debajo de la cota de pobreza alimentaria. “Muy pronto serán 100 mil comidas al mes”, promete con el mismo arrojo con el que arrancó los perniciosos ficus que todo destruyen para sustituirlos por palmeras.
Criticado por unos y reconocido por otros conforme sus ideas van cobrando forma, Amadito tiene prisa por construir una sociedad que viva con orden, limpieza, seguridad, igualdad, respeto y oportunidades de desarrollo para todos. Es el sueño de la sociedad ideal que muchos soñamos.
Aquella generosidad empresarial del pasado, puesta de moda por vascos y alemanes principalmente, fue perdiéndose de generación en generación a causa de la aparición de “fundaciones” que -aun encomiables- operan limitadamente como estrategia para deducir impuestos, lavatorio de conciencias o catarsis personales.
Bajo el concepto de que no yerra el que nada hace, este joven presidente de la empresa Red Petroil ha puesto en marcha varias tareas aplaudidas por muchos y criticadas por otros. Es una olla de ideas y acciones en constante ebullición que cada día agrega un proyecto más: recupera espacios verdes; limpia de grafitti casas del Centro Histórico, dónde adquirió algunas fincas icónicas para restaurarlas; organizó y equipó a un grupo policial que resguarda la seguridad en esta zona de la ciudad; apoya en el mejoramiento del drenaje; está presente en la restauración del órgano Cavalliè de catedral; en alguna época intentó circular el viejo servicio de calandrias con fines turísticos y tiene en espera el proyecto del teleférico del Faro que ha sido duramente criticado por conservacionistas del Cerro del Crestón.
Después de muchos años de ausencia y tras una devastadora pandemia, este joven volvió a reunir a familias de empresarios y trabajadores, como acontecía en el último tercio del siglo pasado durante inauguraciones de empresas pesqueras y navieras o botaduras de nuevos barcos, que empezaban en ceremonias llenas de calidez y decencia donde convivían democráticamente ricos y pobres y frecuentemente terminaban con varios invitados desbalagados en el Dragón Rojo de Ramón Rivera.
Recuerdo particularmente la organizada por don Luis Rice Morales para inaugurar el magnífico edificio que construyó el célebre arquitecto Santiago “chago” León Lorda a la entrada del Parque Industrial Alfredo V. Bonfil para albergar a la Escuela de Artes y Oficio Carlos J. Felton, quien al morir en 1992 dispuso un fondo de 10 millones de dólares (de aquellos) para “enseñar un oficio a los niños y jóvenes sin necesidad de tantas matemáticas “. Dejó su legado en manos del Colegio El Pacifico, administrado por la familia Rice, y en 1993, a tan sólo un año de su fallecimiento, fue inaugurada la Escuela Carlos Felton (ECAFE).
El viernes 06 de octubre de 2023 este edificio volvió a la vida con la inauguración del Instituto Mexicano de Alto Aprendizaje (IMAA) que, bajo el lema Citius (más rápido), Altius (más adentro) y Fortius (más fuerte), es desde mi punto de vista el mayor acierto de Amadito y su equipo, reconociendo que no hay mayor igualador social y palanca de desarrollo que la educación de calidad.
Este modelo educativo de alta calidad “sin fines de lucro” da en el blanco para abordar el tema de la desigualdad social que es el mal mayor de nuestra sociedad mexicana. “La misma calidad educativa que le doy a mis hijos, la vamos a ofrecer a todas las familias que no pueden pagarla en instituciones privadas”, dijo. Puso de ejemplo la alianza con el Tecnológico de Monterrey para que cualquier joven o adulto curse la preparatoria por 750 pesos mensuales.
Recibirán un certificado con el logo chiquito del IMAA y uno grandote del Tec, lo que seguramente les ayudará en su vida…”, celebró.
En cada foro al que me han invitado a participar, incluyendo el Senado de la República, expongo gráficamente la situación de la educación en México, último lugar en las evaluaciones de la OCDE:
Imaginen una competenciales náutica entre niños coreanos bien alimentados y descansados que van en una lancha de fibra de vidrio, casco reforzado, con 4 motores turbo fuera de borda y comunicación satelital. Y en una trajinera, muy pintoresca eso si, con pértiga remendada, un par de remos de ocote por si acaso y un lucidor letrero de flores que alienta SI SE PUEDE, viajan nuestros niños mexicanos. Así de inmenso es el abismo entre el primer y último lugar. Hace 25 años Corea del Sur le apostó a un programa intensivo de salud, educación y deporte. Hoy está en el top five de los países con mejor educación y entre los mejores 5 en el medallero olímpico.
Precisamente con esta visión de estadista que tanta falta le hace a nuestros gobernantes de talento corto y cola larga, Guzmán Reynaud expuso su razonamiento lógico que corre en paralelo a su profunda devoción religiosa:
mis asesores me preguntan cuándo vamos a recuperar la inversión…No se enreden, esta inversión financiera no la vamos a recuperar jamás, la recuperación será la formación de buenos hombres y mujeres que saquen adelante a este país en los próximos años…” Y fue reiterativo para dejar claro su compromiso: “nada por debajo de la calidad de la educación que reciben mis hijos…”
Nuestro plan piloto Sinaloenses al 100!, que pusimos en marcha en 2011 en la escuela pública primaria Francisco González Bocanegra para atender las condiciones físicas, emocionales, sicológicas, sociológicas y nutricionales de los niños de escuelas públicas primarias ubicadas en zonas de marginación y violencia, confirmó que de nada sirven programas y herramientas de alta calidad educativa cuando los alumnos asisten en malas condiciones a tomar clases. En esta omisión radica el fracaso de las 5 reformas educativas de Vasconcelos a la fecha: olvidaron a los alumnos.
De nada sirven tabletas digitales o plataformas educativas de primer mundo cuando los alumnos llegan al aula con severos síntomas de desnutrición, golpeados o hasta violados, como lo hemos documentado durante el desarrollo de nuestra iniciativa por la educación Todos Somos Sinaloa.
El proyecto del IMAA quedaría redondo si incorpora un programa de salud integral estudiantil a través de comedores escolares que ofrezcan por lo menos 2 comidas al día de alto valor nutricional y bajo costo, asistencia médica y sicológica de primer nivel, así como programas deportivos de competencia que reduzcan los altos niveles de obesidad y diabetes infantil que tienen a Sinaloa en los primeros lugares del ranking nacional.
Ya tienen la experiencia de comedores comunitarios, solo faltaría adaptarlos al modelo educativo para que dentro de los próximos 15 o 20 años nuestros niños mazatlecos puedan competir contra los coreanos en igualdad de circunstancias.
Bienvenido sea el IMAA y muchos otros más!
Saludos cordiales
MM