1
0
Domingrilla
- Ante insurrección religiosa.-
- Advierten al Quimico.-
El presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó su resto: la persecución a Enrique Peña Nieto. Extrañamente esta decisión, que habría enloquecido a las tribunas hace apenas tres años, es tomada con reservas por la población. Es que se nota el uso político, más que justiciero.
Desde luego, nadie ha salido en defensa de Peña Nieto y seguramente nadie va a salir. Su descrédito es absoluto y nadie duda de las versiones de que el suyo fue un gobierno legendariamente corrupto. Tanto que los 26 millones que se le atribuyen como prueba parecen una tomadura de pelo en un país donde cualquier alcalde hace negocios por encima de los quinientos millones.
El caso es que lejos de poner al expresidente en la picota, la medida ha servido para calibrar la situación política del país y para especular sobre los motivos que llevaron a López Obrador a utilizar desde ahora la que parece ser su máxima carta.
Algunas interpretaciones hablan de las consabidas cortinas de humo para contrarrestar el mal momento que vive el gobierno por la conjunción de problemas de peso.
Otros consideran que se trata de anular al PRI con miras a la elección de gobernador en el Estado de México, que se llevará a cabo el año próximo. No es una mala jugada: quitarle al tricolor la gubernatura y sobre todo hacerlo de manera contundente representa mucho para la elección presidencial del 2024.
Además, entre el descrédito de Peña Nieto y el de Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional del PRI, se conforma un misil muy efectivo contra la alianza opositora. ¿Quién querría aliarse con unas ruinas tan pesadas como las que le quedarían al tricolor?
Pero con todo y lo razonable que suena esto, hay un elemento adicional que AMLO quiere contrarrestar: el enojo de la iglesia y de la población en general por el asesinato de los dos sacerdotes jesuitas ocurridos en la sierra Tarahumara.
Precisamente para hoy fue convocada la movilización pacífica de los católicos, a quienes su iglesia llamó para que acudan a misa de manera masiva y vestidos de blanco para simbolizar la exigencia de paz y justicia.
El presidente se dio cuenta de que su violencia verbal, su reiterada acusación de que también la iglesia callaba como momia ante los gobiernos anteriores, le ha costado en imagen pública. Su desafortunada frase de que los sacerdotes estaban apergolllados por la oligarquía, le ha costado casi tanto como aquel “ya cállate chachalaca” del 2006.
Es muy probable que por eso haya debido adelantarse con la quema de un cartucho que sería valiosísimo en plena temporada electoral.
El asunto seguramente será administrado con paciencia, para que siga dando resultados conforme se presenten las elecciones, tanto del 23 como del 24. Y para hacer rendir el expediente, ya se habla también de investigaciones a los expresidentes Ernesto Zedillo, Vicente Fox Quezada, Felipe Calderón Hinojosa, así como de sus esposas, hijos y otros familiares y allegados. Será tiempo de escándalos, cuya base de realidad podría sacar al presidente de los atolladeros, porque quién puede dudar de los “méritos” de los hijos de Martha Sahagún, o de los hermanos de Zedillo y Peña Nieto, o de los colaboradores de Calderón?
Habrá que ver si el rencor de los mexicanos contra ese pasado es más fuerte que la inconformidad por lo qué pasa en materia de seguridad, economía y salud.
- AMLO CONTRA LAS IGLESIAS
El caso de los jesuitas asesinados ha provocado inconformidad no sólo entre los católicos. También las jerarquías de
otras sectas han reaccionado airadamente en demanda de justicia y sobre todo de paz, mientras el gobierno no ha sido capaz ni siquiera de detener al autor de los crímenes. Es cierto que la sierra chihuahuense es agreste y difícil de escudriñar, pero el gobierno puede hacer un despliegue todavía mayor del realizado. Pero lo que hemos escuchado son débiles justificaciones de que se trata de crímenes del fuero común, y por ello le toca resolverlos al gobierno chihuahuense, con el que colaboran.
El presidente y su equipo leyeron bien la dimensión del problema. Una bronca con las iglesias no es cualquier cosa y necesita de elementos muy importantes para saltarla, porque incluso la sola resolución del caso mencionado, no desactiva la exigencia de revisar la estrategia de seguridad, y como no hay disposición para hacer modificaciones -ni siquiera mínimas-, se tienen que ofrendar otros sacrificios. Y si son en cabezas ajenas, mejor.
Tampoco para la iglesia está fácil la careada. Aunque el agravio de la violencia desbordada es para todos los mexicanos, y una gran parte de la población sigue atendiendo a la guía de los sacerdotes, del otro lado también hay una actitud de fe casi religiosa.
Entre los muchos que se ven beneficiados con dinero en efectivo de los programas sociales y los que creen ciegamente en el presidente porque no quieren renunciar a la esperanza que él les brinda, hay una fidelidad que se refleja en las encuestas a pesar de los pequeños vaivenes que de repente lo bajan. Veremos cuál de las dos expresiones de fe sale triunfadora.
De entrada, en el corto plazo, creo que López Obrador saldrá adelante. Desde hace tiempo los practicantes del catolicismo están desmovilizados. Ni siquiera las reformas que se han aprobado sobre el aborto y los matrimonios entre personas del mismo sexo, han conseguido atenuar el apoyo popular a Morena, y son cambios que le duelen mucho a la curia.
Pero en el mediano y largo plazo esa oposición se va asentando y puede costar votos y respaldo de cierto grupos de la sociedad.
- LOS MENSAJES AL QUÍMICO BENÍTEZ
Cualquiera que sepa someramente de administración pública se asombra ante barbaridades administrativas como las que ha hecho el gobierno de Luis Guillermo Benítez Torres, El Químico. Asignar contratos multimillonarios sin hacer una licitación pública es un suicidio en estos tiempos de revisiones, con todo y las deficiencias y complicidades que puedan existir.
Pero el Químico está picado de soberbia. Cree que haber librado los problemas en que él mismo se ha metido le garantiza impunidad inagotable. Eso y conclusiones torpes como la que le tiene hoy convencido de que otra vez no le va a pasar nada. Sus cuentas son muy simples: si los compromisos que se echa (como las luminarias adquiridas en más de 400 millones de pesos), quedan cubiertos antes que se termine su periodo, el Congreso del Estado no tendría por qué meterse. Pero tan tiene, que ya se metió, o al menos eso se ha declarado.
Ya el gobernador Rubén Rocha Moya hizo declaraciones muy fuertes, advirtiendo que nadie pude contratar sin licitar, si no se respetan las disposiciones legales. Luego hizo denuncias muy severas contra la empresa Azteca Lightning, la contratante del Químico.
Por si fuera poco, vino el delegado estatal de Morena, Manuel de Jesús Guerrero Verdugo, con la evidente encomienda de advertir al alcalde. Morena no lo va a respaldar mientras no se aclare ese contrato, dijo. Y lo acompañó la senadora Imelda Castro Castro para decir lo mismo, a pesar de que en un momento el Químico e Imelda fueron socios en la fallida aventura de detener la alianza de Rocha con el PAS.
Guerrero Verdugo ha sido siempre un activista casi personal de Rocha Moya. Fue uno de sus funcionarios más fieles y apegados cuando él hoy gobernador fue rector de la UAS y trabajó mucho en la campaña para el Senado, además de reiterarse como hombre de uso del candidato a la gubernatura. Es obvio, más que obvio, que al hacer esta declaración era una “boca de ganso” del gobernador.
Ya para remachar, el propio mandatario aprovechó su viaje al sur de Sinaloa para mandar el mensaje directo. En Escuinapa advirtió que no será palero de nadie. Ningún gobierno debe hacer las cosas mal y si la hace mal hay que sancionarlo, hay que meterlos a la cárcel, dijo, para luego apuntar: aquí no importa de qué partido sea, no vamos a ser paleros de nadie.
Aunque en Escuinapa hay problemas serios, pues la administración municipal no ha alcanzado ni siquiera a cubrir salarios, la advertencia iba más allá de la ciudad camaronera y tenga usted por seguro que llegó a los oídos que buscaban en Mazatlán. Que se atienda la advertencia ya es otra cosa.
- LAS VISIONES DE LOS PRIÍSTAS SINALOENSES
El ex gobernador Jesús Aguilar Padilla firmó, junto con otros exmandatarios estatales, un desplegado exigiendo la salida de Alito como dirigente nacional del PRI. Era de esperarse una embestida interna que secundara a los ex dirigentes nacionales que lo tienen emplazado para que se vaya.
Independientemente de los intereses de los grupos, hay mucha razón en quererse deshacer de este dirigente quemado de cabo a rabo.
Sin embargo, los dirigentes estatales priístas firmaron otro documento exigiendo respeto al partido, declarando a Alejandro Moreno Cárdenas como perseguido político. Entre esos firmantes estuvo Cinthia Valenzuela, de Sinaloa.
El ex diputado federal y ex senador Heriberto Galindo Quiñónez publicó un largo alegato llamando a la concordia para que se respete al presidente del CEN, pero también para que éste atienda los reclamos de audiencia de los exdirigentes.
Muy difícil conseguir ponderación y equilibrio en estos momentos.
Más radical, Jorge Abel López Sánchez se lanzó a la defensa de Alito, considerando que es objeto de una persecución política de parte del gobierno federal, al que medianamente acusa de intervencionismo. López Sánchez había mantenido una posición crítica y distante de su partido, pero ahora se lanzó a fondo en una defensa que no muchos comparten.
Este panorama seguramente se repite en otros estados y da una idea de lo que está pasando dentro del ex partido aplanadora, qué pasa por el momento más difícil de su controvertida historia.
