Por David Cristóbal Álvarez*
Sin duda ninguna el Químico ha resultado el alcalde que más ha viajado de todos los que hemos tenido.
Se nota que le encanta la pachanga y aprovecha cada oportunidad, real o inventada, para salir de la ciudad a divertirse.
¿Se acuerda del viaje a EEUU para disque traer vacunas? Pues resulta que no trajo nada. Las vacunas nunca llegaron pero eso si, seguramente aprovechó para irse de compras.
¿Se acuerda del viaje a España para traer un vuelo de Madrid a Mazatlán? Pues ese vuelo solo existe en su cabecita loca.
Y la última que se aventó, esperaremos sentados a que el productor de películas traiga los $300 a $500 millones de dólares que dijo el Químico que van a llegar.
Obviamente hay viajes que son reales y de los que se obtienen resultados, pero no son todos los que dice el alcalde ni los resultados son tan maravillosos como los describe para justificar sus viajes.
En el ejercicio del gobierno, en sus tres niveles, existe lo que se llama “rendición de cuentas”.
Es un derecho que tenemos todos los ciudadanos y que, en pocas palabras, consiste en que nuestros servidores públicos no se mandan solos a la hora de gastarse el dinero público.
Todo servidor público municipal, empezando por el alcalde, tiene el deber de rendir cuentas sobre los gastos que lleve a cabo dizque en ejercicio de su función.
Así que, ya viene siendo hora de que le pidamos al Químico que rinda cuentas sobre todos los viajes que ha hecho en líneas comerciales o hasta en aviones privados (dicen las malas lenguas).
Que nos diga cuánto ha gastado y en qué ha gastado en los viajecitos que tanto le encantan. Pero, sobre todo, que nos rinda cuentas sobre los resultados obtenidos.
Es decir, el amigo no debe de viajar por placer a costillas nuestras, se supone que sus viajes son para llevar a cabo gestiones en beneficio de nuestra ciudad.
¿Qué gestiones ha hecho? ¿Qué resultados se han obtenido de sus gestiones? ¿Quién lo ha acompañado a esos viajes? ¿Quién ha pagado los gastos de sus acompañantes?
Las anteriores son preguntas mínimas que debe responder, además de justificar cada gasto que hace.
No nos vaya a salir como un ex gobernador del Banco de México que cargaba al erario comidas y cenas de cientos de miles de pesos.
El Químico no va de vacaciones, va a trabajar para la ciudad y si va de vacaciones pues sencillamente que pague con dinero salido de su bolsa o de la bolsa de sus patrones al fin que lo consienten mucho.
*Director fundador del Bufete Álvarez & Asociados y presidente de Acciones Colectivas AC
Foto de archivo con fines ilustrativos